Y más del festejo del Año Nuevo Chino 2012, el año del Dragón, evento que se llevó a cabo en las Barrancas de Belgrano, Capital Federal de la República Argentina.
Ante una increíble multitud, se calcularon 15.000 personas en el momento de mi actuación, en total durante los dos días del evento desfilaron nada más ni nada menos que UN MILLON CIENTO CUARENTA MIL personas, así nomás, con un espectáculo permanente de importantes artistas especialmente de orígen oriental, chinos y japoneses, hemos participado artistas argentinos, lo que no deja de ser un honor y orgullo de ser distinguidos de esa forma, lo que nunda dejaré de agradecer, más en mi caso por ser el segundo año consecutivo.
Por cuestiones especiales no pude contar con las fotografías de María Rosa Rivas, fotógrafa oficial del Círculo Ventrílocuos Argentinos, una artista genial en ese género, pero si hubo fotos tomadas por José Kalinski, otro artista increíble que con mucho talento oprimió el disparador para capturar ese segundo que no se vuelve a repetir.
Otro querido amigo y colega mago, Javier García Castagnino, CAVALIERE, que nunca falta en los eventos importantes, también con su cámara fotográfica, en inspirados momentos tomó las fotografías que utilicé para graficar mi actuación, por lo tanto además de Ser Humano excepcional, Mago genial, Amigo de fierro, también es un distinguido fotógrafo y vuelca su talento en ese detalle que siempre renombro, obturar el disparador en el momento exacto.
Mi querido amigo Carlitos Lin, productor, locutor importante de nuestra radio y televisión, (Carburando, Estudio Pais,y otros), que en esta oportunidad ofició de animador del evento, con una soltura y una capacidad logrando que en ningún momento hubiese algún detalle en contra, realmente un Profesiónal con mayúsculas, me hizo llegar esta fotografía. La tomó un paisano suyo, Jason Kung, y si bien me siento sumamente complementado en el apoyo fotográfico de los antes nombrados, quiero hacer un comentario especial sobre esta fotografía de Kung.
Una vez más insisto, porque tambien soy fotógrafo, mi primer toma la hice a los cinco años con una camarita de cajón Kodak en 120 mm. y luego como profesional en sociales y comerciales a partir de los 16 años hasta que pasé al cine super 8 sonoro y finalmente video, una rica historia que no voy a relatar en este momento, pero que sí me identifica con la profesión. Insisto en lo que llamo "El Momento", ese segundo irrepetible, cuando la mente se abstrae en el objeto, surge la inspiración, se aceleran los latidos y un dedo oprime el obturador de la cámara registrando ESE MOMENTO y no otro, con una sensación orgásmica, apabullante, realmente se siente y no es necesario revelar o bajar la foto para comprobarlo sino que el operador artista tiene la certeza que logró algo muy especial.
Así se habrán sentido mis amigos, así fue lo que le ocurrió a Jason Kung cuando tomó esta fotografía y que deseo describirlo de la siguiente forma.
La ventriloquia es un arte, el de hablar con la boca semicerrada. Aplicable en distintas disciplinas, especialmente a la actoral, se es Actor Ventrílocuo, se supone un hombre o mujer actor o actriz que entre sus aptitudes ha considerado la posibilidad de desarrollar esta técnica y la estudia, profundiza y utiliza.
El artista es el que habla, gesticula, el muñeco solo aporta una imagen que de acuerdo al talento de ese actor o actriz, se coordinará en movimientos acertados, candencias, silencios, movimientos corporales, para conjugarse en el resultado de la actuación en forma definitiva, es la conclusión de la intención del artista, el logro de su mensaje.
Es un desdoblamiento de personalidad, del talentoso artista, el ser humano El muñeco es la figura, y depende del talento del primero para hacerla crecer en forma inmensa e imponerla en el mejor de los recuerdos, quedar grabada en el corazón, en los sentimientos del público, por eso es que siempre se recuerda el nombre del muñeco, del personaje, e inocentemente no se reconoce quien es el verdadero promotor de la ilusión. Eso a los ventrílocuos no nos importa, porque somos los primeros en querer a nuestro personaje. En algunos casos, como el mio personal, lo amamos, el muñeco es parte de nuestra vida, somos nosotros mismos, si alguien lo agrede o lastima lo está haciendo con nosotros y podemos llegar a enojarnos demasiado por eso.
El muñeco es inocente, inmaculado, es un muñeco, un ser inerte, se transforma de acuerdo a la personalidad de quien lo manipular, pero no pierde su inocencia de muñeco, es madera, cartapesta, o el material que fuere, no tienen otro valor que lo material, el valor agregado es la vida que se le infunde por medio de la técnica actoral. También lo hacen los niños cuando aman a sus muñecos, sin ser ventrílocuos, no lo ven como esa cosa simple material, lo ven como parte de sus vidas, tal vez les hablen desde su interior y escuchen una voz que ellos imaginan, no hace falta ser ventrílocuo.
Jason Kung, el fotógrafo chino, logró en esta toma, rescatar la personalidad de Pascualito, todo lo que intento describir en esta nota. El detalle del actor, yo, de espalda y en el centro de la toma, el cuerpo ancho, Pascualito a un costado y en tamaño menor al mio, pero sí se le ve el rosto y el gesto, más la luminosidad le dan un aspecto angelical, le dan vida, surge y se impone, dice "aquí estoy y este soy yo!.
Jason Kung no es ventrílocuo, es fotógrafo y logró ese efecto, tan solo con haber obturado la cámara en el momento exacto y no en otro. Realmente una joya, una muestra de talento increíble, decirle gracias es poco, pero se lo diré en su idioma Xié Xié Jason Kung, y para Carlitos Lin, Lin Wen Chen, otro Xié Xié de Miguel y Pascualito.