Soy de escribir mucho, como dicen mis amigos y allegados, mis "sábanas", pero creo que cuando uno pretende mostrar la alegría por las cosas hermosas que suceden en la vida, a veces las palabras no alcanzan para describirlas y se deben explicar, y cada explicación conlleva muchas más palabras. Además, el fin es que transmitir esa alegría lo siento como un deseo de compartirla y alentar a otros a que sueñen como lo hago yo, que intenten cosas como lo intento yo, además de un deseo importante que les pueda suceder lo mismo que a mí. Me encantaría que toda la humanidad pudiese ser feliz, entonces, comencemos por un poquito, por mi entorno, mis amigos, colegas, y todo aquel que quiera tomarse de mi mano.
Estuve en España, Aragón, Zaragoza. Desde el mismo momento que fui recibido por mi gran y querido amigo Miguel Ángel Herrero, confundiéndonos en uno de mis anunciados "Abrazos de Oso", reservados para la gente que colma mi corazón con su aprecio, comenzó un paseo que finalizó dias después de la mano de otro querido amigo, Pablo Girón Carter y su novia Ana recorriendo las calles de Madrid.
En el medio de esta aventura, cinco días de concentración, exigidas clases de ventriloquia para trece señores actores, artistas legados a las marionetas, con un corazón enorme que me brindaron todo el tiempo, que pusieron lo mejor de sí, trabajamos en conjunto y realmente costó mucho esfuerzo en tan solo cinco días aprender una profesión con todos sus detalles, pero se logró.
Seis horas por día, hacía calor en Zaragoza, pero el lugar donde se dictaron las clases Caja de Ahorros de la Inmaculada, era, como muchos lugares que pude ver, asombroso en calidad, técnicas aplicables, el aula contaba con una plataforma regulable en altura, escritorios, pizarra para fibra, notebook, micrófono, proyector de imágenes, aire acondicionado, no faltaba ningún elemento. De la misma forma el auditorium donde se realizó la gala de cierre del curso, la master class, increíble todo lo que ví que lo capitalicé como una actitud de respeto hacia el público en cuanto a instalaciones para sentarse y disfrutar de un espectáculo y para con el artista, que no le faltase ni excelente sonido, iluminación, hasta el mismo camarín, con todas sus luces, frigobar con bebidas, aire acondicionado, higiene en cada una de sus partes, realmente lo destaco todo porque en años de trayectoria pocas veces pude ver en mi país algo semejante, cuando no baños químicos hediondos, camarines con una sola lamparita, y recursos de baja calidad y operarios y técnicos a quienes hay que rogarles para que cumplan con lo suyo, me he sentido halagado en todo sentido y en todo lugar por la conducta y don de gentes de los españoles.
Respecto de los alumnos, no tengo palabras para agradecerles ni me alcanzan los elogios para describir su trabajo. No hice nada más que enseñar una técnica, todo el mérito fue de ellos, porque dieron lo mejor de sí, y quedé asombrado al verlos inclusive cuando se presentó un canal de televisión Televisora de Aragón para hacernos una nota y ellos actuaron con sus muñecos frente a cámaras como si hubiesen sido artistas de toda la vida, increíble y emocionante. Sus nombres, Miguel Ángel, Pablo Girón, María Jesús, Sol, Ignacio, Gonzalo, Fernando, Alicia, Oswaldo, Juan, Pablo (mago mentalista), Eugenio y Santiago. Ya verán sus fotos en la web del CIVEAR con sus respectivos correos electrónicos.
En la gala de cierre de curso se presentó también mi ahijado El Señor Perez con la Dulce Lina, el creador del Circo de Pulgas. Vino desde Vitoria hasta Zaragoza junto a su familia, esposa e hijos, que mientras escribo me emociono cada vez más, revivo cada instante, y es difícil contener una lágrima de felicidad, pero así es. Tony Perez compartió conmigo el escenario, le entregué a su nueva muñeca, la españolísima Doña Teresa realizada por Daniel Caruso Merequeté de Argentina. Su presentación en el escenario arrancó aplausos por doquier y finalicé como pude mi propia presentación porque sí, viejo llorón, casi no llego al final, espescialmente cuando tuve que decir Gracias España, Gracias Zaragoza, me vuelvo a mi Argentina, Gracias a Dios, y salí corriendo al camarín donde el llanto fue imparable.., como en este momento....
Respiro hondo y sigo con el relato. España quisiera volver, hay demasiado para ver, soñar y disfrutar, paisajes entremezclados con historias, fantasía, sueños, en fin, necesitaría regrear muchísimas veces más. Desde el hotel AVENIDA donde recibí un trato inigualable y lamento otra vez las comparaciones con lo nuestro, dejémoslo ahí, la preocupación de esa gente para conmigo como para el resto de los habitantes del lugar, las habitaciones donde no faltaba nada, y la distinguida atención, esa sonrisa permanente, el saludo, todo, todo fue fantástico.
Como despedida, la visita en Calatayud al Monasterio de las Piedras donde quisiera volver algún día pero especialmente ahí, únicamente allí. Y luego al día siguiente para cerrar el viaje, Madrid, nunca he caminado tanto, en 48 horas sentí que las rodillas me tocaban la pera. Tomé 340 fotografías, más dos horas de video, hice pomada mi OLYMPUS y mi VAIO, les agoté baterias, memorias, por eso puse en mayúsculas sus nombres, si tengo que recomendar esas dos marcas, son de fierro.
Y ya estamos de regreso en Argentina, con maletas llenas de recuerdos, nada para traer, salvo para mis nietos y familia, imagenes de la Virgen del Pilar, porque hubo algo que me llamó a la atención. En esa basílica, durante la guerra cayeron dos bombas y no explotaron ...., siguen allí, desactivadas por supuesto, pero NO EXPLOTARON, por eso ahora en mi casa tengo una imagen para evitar que explote cualquier otra cosa que no sea amor, familia, amigos y Ventriloquia.