viernes, 2 de agosto de 2019

MIS TRES NOCHES JUNTO A ÉL


Guardo este recuerdo desde  siempre,  hoy decidí dejarlo  asentado en mi blog,  para reeleer yo mismo,  porque es tan real, tan maravilloso, hermoso, que calculo es la razón por la cual vive rondando mi cabeza en forma permanente, y si lo leo, es mejor todavía.
Se refiere a las Tres Noches tan oscuras que estuve junto a Él, cuando definitivamente  comprobé su existencia, recuerdo que casi lo sentí, comencé percibiendo en el aire su presencia al lado de mi cama en esa habitación donde solo estábamos los dos, yo y mis miedos, él entregándome confianza, paz, y aplacando mi histeria.
En dos de esas noches podría decir que mi problema era normal o aceptable. En  una especial no, porque el neurocirujano acababa de decir que mi situación era límite, demasiado peligrosa, muy pero muy peligrosa y con resultado demasiado negativo. No lo dudé aprobé  la  intervención, tampoco tenía opciones salvo la de en un futuro quedar cuadriplegicoo y con final seguro ya sin dudas.
También me habló de las secuelas, quedaría algo así como un espantapájaros, pero vivo, y tampoco dudé, avancemos dije, soy policía, respeto la muerte  pero no le temo, sino no podría haber adoptado esta hermosa profesión donde el tuteo con la huesuda es permanente, justamente tres veces fueron las más peligrosas  que afronté y no me movieron una pestaña, sin embargo un  bisturí podría ser diferente, no lo fue, el final era abierto.
Esa noche especialmente fue tal vez cuando más sentí su presencia, hablé con Él, le conté de mi miedo, le pedí ayuda para no profundizar y llegar al pánico. Fue inmediato. Y ocurrió algo curioso, apareció una enfermera, gordita, muy simpática, que la tenue luz de la habitación no me permitían ver su  rostro, me habló,  me contó  de su hermano, me tomó un brazo, acarició, me dijo que si quería llorar que lo hiciera para descargar mi trauma, ella no lo hizo, solo me acompañó y cuando me vio más tranquilo se retiró, nunca más volví a verla, y tampoco pregunté por ella, o casualidad, no estaba en las otras guardias que ya por ser paciente habitual del piso ocho, las conozco a casi todas inclusive por su nombre.
Así llegó el día siguiente. Ingresé como otras veces al quirófano y como siempre, haciendo chistes, con ventriloquia, y una gran sonrisa. El anestesista me preguntó de qué cuadro era, le dije de Boca e inmediatamente le gritó a su ayudante ¡ESTE VA SIN ANESTESIA!, y no contento con eso cuando me avisa que me colocaría la máscara para que duerma me preguntó si quería decir algo más y por supuesto yo grite ¡AGUANTE RIQUELME!, y ¡Zas!, me durmió.
Me desperté enojado porque me  habían  cortado un hermoso sueño donde todo era color celeste, con  una gran paz, profunda y hasta música clásica.
Hoy con mis secuelas corrigiéndose, con muchas mejoras en el rostro, no puedo menos que recordar todo esto, agradecer por lo ocurrido, las visitas de Él, la enfermera, el fallido pronóstico de final negativo y secuelas profundas, nada que ver, y vuelvo a agradecer a Él una vez más, compartiendo este video donde justamente se resalta lo mismo que pienso yo, que VIVO POR ÉL, con las  mismas palabras que allí se expresan.


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