Me acompañó un público muy especial, mi amada hija Noelia Alicia junto a su esposo Diego, familia y amigos, también entre ellos el responsable de mi sonrisa, un hombre que cada vez que se me acerca me deja con la boca abierta, el Dr. Marcelo Labadié y su esposa Mariana, que me dejan con la boca abierta porque son mis odontólogos ............., bueno, chiste viejo, pero en realidad me asombran por la calidad humana ambos, nos solo son buenos profesionales, son personas geniales.
Pero hubo un detalle, una de mis invitadas no pudo ingresar a la sala, y además fue echada del hall del teatro por escandalosa, claro, justo se le dio por jugar y comenzar con sus Da Da Da Da, gritar, hacer Mostros (monstruos) y reirse, pues claro, quería festejar que cumplía en horas más sus Ocho meses de vida, ah, claro, esa invitada era mi Nieta Lourdes, Luli, para los amigos.
Por eso, en forma simbólica y con el deseo que se incline por el arte, de la forma que fuese, pero que cuando sea mayor aprecie el arte en lo que yo entiendo la entrega pura y transparente del hombre en mostrar un interior para comunicarse con otros Seres Humanos, la llevé al escenario del EMPIRE, donde minutos antes había actuado yo, por eso la fotografía no está muy iluminada, pero bueno, que sirva e testimonio.
Luli pisó por primera vez un escenario, no sé si tengo la autoridad o jerarquía necesaria para mi pretensión, pero quise bendecirla de alguna forma para que Dios la tenga en cuenta en ese deseo que repito, en la forma que ella elija, música, actuación, plástica, o simplemente con su expresión y simpatía sea aceptada como una estrella, como lo es ahora, por lo menos en el firmamento de mi corazón.
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