Muchas veces me han llamado Cholulo. No me molesta ni me ofende. Si entusiasmarse o ser feliz por compartir unos minutos de la vida con alguien a quien uno admira, por sus condiciones artísticas, humanas, por considerarlo un buen referente para desandar caminos positivos dentro de la cordura y de las cosas bellas que animan el corazón y por ende la razón, si ser feliz por unos minutos por estrechar esa mano que muchas veces se sintió lejana y ahora se tiene la oportunidad de auscultar su calidez y reconocerla porque pertenece a una figura que ha incidido de alguna forma en la vida, bien o mal, eso es ser Cholulo, entonces sí, soy Cholulísimo.
He conocido grandes figuras, del arte, del deporte, de la ciencia, de las letras, de la política esté o no de acuerdo con ellos, pero todos de alguna forma formaron o forman parte de la historia universal, y buenos o malos, discutidos o no allí estuvieron, algunos brillantes, otros opacos otros denostados, pero estuvieron.
Por ejemplo he estrechado la mano protocolarmente con varios Presidentes Argentinos, de los cuales ninguno ha dejado nada positivo para mi Patria, han sido una mala historia, pero en ese momento yo toqué un poco de esa historia, puedo decir sí lo conocí, hablé con él, uno de ellos tuvo a mi hijo en brazos y le dijo Qué lindo que sos!, y por más que ese señor hoy lo tenga entre los malos recuerdos de los males que azotaron a mi Patria, rescato la segunda historia, la paralela, y puedo decir ese mal parido tuvo a mi hijo en brazos, tal vez no sea o signifique nada para nadie, para mí sí, es una anécdota. Lo mismo que el gran campeón de los campeones que conocí tan humilde comparado con la bestia que hoy es, cuando recién comenzaba y todavía no asumía quién era y ahora se da hasta el gusto de insultar y mover su asquerosa boca diciendo barbaridades a cada rato producto tal vez de su mala adicción, pero insisto, eso que viví junto a este deportista es otro pedacito de historia que se agrega a la mía. En cambio puedo decir que Luis Alberto Nicolao campeón mundial de natación estilo mariposa me entregó la primer copa que gané en un torneo de natación, y que por mi vocación artística fui felicitado por Marrone, Aroldi, Mr. Chasman, que Altavista me tuvo en brazos cuando era chico, que fui coautor de folklore con Gaillardou el Indio Apachaca, con Osvaldo Tarantino pianista de Piazzola, con el cantante Diego Solís, esos sí los puedo nombrar, pero todos, repito, bien o mal fueron tejiendo un manto de recuerdos que ahora a los 60 años puedo recorrer y recordar de otros tiempos, en este tiempo que ahora tengo para recorrer mi tiempo.
Pero no se ha cerrado el álbum de recuerdos y de tocar personajes públicos notorios, y esta vez, además de compartir con tanto orgullo mi condición de socio del Círculo Mágico Argentino, junto a verdaderos monstruos de la magia, maestros increíbles, dentro de esa comunidad pude conocer al genial Juan Tamariz.
Marcelo Melison me obsequió hace diez años un mazo de cartas francesas realizado por Tamariz y que llevan su sello. Nunca lo utilicé, siempre pensé que no lo podía gastar o arriesgarme a perderlo porque era una pieza única, preferí guardarlo para el recuerdo, así soy de sentimental.
Pero en la reunión del viernes 27 de noviembre, en que el gran maestro nos visitó proveniende de España y del mundo que recorre permanentemente, vino para hacernos una demostración de amistad y talento que nos dejó maravillados.
Por ello, aproveché para obsequiarle mi libro, video de mis shows, souvenirs, y le pedí que me firmara uno de los Jockers del mazo que había guardado. Él se sorprendió cuando vio los naipes, se alegró que yo los tuviese, le conté la historia, y de inmediato me lo autografíó dedícándomelo. Luego, junto a su esposa los llevé con mi auto hasta un restaurante, tal vez no significa nada, pero compartió la cabina de mi auto, y mis autos tienen eso, en ellos viajaron además, Tania, esposa de Discépolo, Francis Smith y sus Angeles, que más de uno me envidió ser quien trasladaba a ese grupo de hermosas mujeres de un show a otro, a Cachito Valdez, autor de la mayoría de los temas musicales de Los Iracundos junto a Franco, entre esos temas Puerto Montt, y otros que sería larga la lista donde hubo Jueces de la Nación, que prefiero mantener sus nombres en reserva, y el último fue él, don Juan Tamariz, otro de los personajes que siguen apuntalando mi condición de Cholulo, sí, pero quien me quita lo bailado?.
He conocido grandes figuras, del arte, del deporte, de la ciencia, de las letras, de la política esté o no de acuerdo con ellos, pero todos de alguna forma formaron o forman parte de la historia universal, y buenos o malos, discutidos o no allí estuvieron, algunos brillantes, otros opacos otros denostados, pero estuvieron.
Por ejemplo he estrechado la mano protocolarmente con varios Presidentes Argentinos, de los cuales ninguno ha dejado nada positivo para mi Patria, han sido una mala historia, pero en ese momento yo toqué un poco de esa historia, puedo decir sí lo conocí, hablé con él, uno de ellos tuvo a mi hijo en brazos y le dijo Qué lindo que sos!, y por más que ese señor hoy lo tenga entre los malos recuerdos de los males que azotaron a mi Patria, rescato la segunda historia, la paralela, y puedo decir ese mal parido tuvo a mi hijo en brazos, tal vez no sea o signifique nada para nadie, para mí sí, es una anécdota. Lo mismo que el gran campeón de los campeones que conocí tan humilde comparado con la bestia que hoy es, cuando recién comenzaba y todavía no asumía quién era y ahora se da hasta el gusto de insultar y mover su asquerosa boca diciendo barbaridades a cada rato producto tal vez de su mala adicción, pero insisto, eso que viví junto a este deportista es otro pedacito de historia que se agrega a la mía. En cambio puedo decir que Luis Alberto Nicolao campeón mundial de natación estilo mariposa me entregó la primer copa que gané en un torneo de natación, y que por mi vocación artística fui felicitado por Marrone, Aroldi, Mr. Chasman, que Altavista me tuvo en brazos cuando era chico, que fui coautor de folklore con Gaillardou el Indio Apachaca, con Osvaldo Tarantino pianista de Piazzola, con el cantante Diego Solís, esos sí los puedo nombrar, pero todos, repito, bien o mal fueron tejiendo un manto de recuerdos que ahora a los 60 años puedo recorrer y recordar de otros tiempos, en este tiempo que ahora tengo para recorrer mi tiempo.
Pero no se ha cerrado el álbum de recuerdos y de tocar personajes públicos notorios, y esta vez, además de compartir con tanto orgullo mi condición de socio del Círculo Mágico Argentino, junto a verdaderos monstruos de la magia, maestros increíbles, dentro de esa comunidad pude conocer al genial Juan Tamariz.
Marcelo Melison me obsequió hace diez años un mazo de cartas francesas realizado por Tamariz y que llevan su sello. Nunca lo utilicé, siempre pensé que no lo podía gastar o arriesgarme a perderlo porque era una pieza única, preferí guardarlo para el recuerdo, así soy de sentimental.
Pero en la reunión del viernes 27 de noviembre, en que el gran maestro nos visitó proveniende de España y del mundo que recorre permanentemente, vino para hacernos una demostración de amistad y talento que nos dejó maravillados.
Por ello, aproveché para obsequiarle mi libro, video de mis shows, souvenirs, y le pedí que me firmara uno de los Jockers del mazo que había guardado. Él se sorprendió cuando vio los naipes, se alegró que yo los tuviese, le conté la historia, y de inmediato me lo autografíó dedícándomelo. Luego, junto a su esposa los llevé con mi auto hasta un restaurante, tal vez no significa nada, pero compartió la cabina de mi auto, y mis autos tienen eso, en ellos viajaron además, Tania, esposa de Discépolo, Francis Smith y sus Angeles, que más de uno me envidió ser quien trasladaba a ese grupo de hermosas mujeres de un show a otro, a Cachito Valdez, autor de la mayoría de los temas musicales de Los Iracundos junto a Franco, entre esos temas Puerto Montt, y otros que sería larga la lista donde hubo Jueces de la Nación, que prefiero mantener sus nombres en reserva, y el último fue él, don Juan Tamariz, otro de los personajes que siguen apuntalando mi condición de Cholulo, sí, pero quien me quita lo bailado?.
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