Vamos llegando al final del 2011, realmente, un buen año, igual que el anterior y seguramente al que vendrá, porque la bondad del tiempo la hacemos nosotros mismos con nuestra actitud.
Algo así como depender de nuestra visión y entendimiento, aceptar todo lo que nos ocurre, con la dignidad e hidalguía de reconocer especialmente nuestra capacidad, nuestras culpas, y lo que sea relacionado a si pusimos empeño en lograr cosas, cuidar y mantener lo logrado, como decían mis maestros, Ningún accidente es accidental, siempre es provocado, y podremos echar mil culpas, desentendernos, protestar, pero la conciencia mantiene la verdad y eso nos fustiga, no nos perdona, y como en mi querida Galería de Mathus, no decimos lo que queremos decir sino como nos conviene decirlo, egoísmo y vanidad pura, es difícil, apareja vergüenza sentirse perdedor, o simplemente equivocado. Es horrible recurrir a culpar a otros de nuestro pesar, querer tapar el sol con un dedo, no, nada que ver. Por eso me alimento en la Fe, en Dios, ello me permite ver las cosas de una forma aceptable, reconociendo mis errores primero y los logros después, entendiendo que mis derechos son consecuencia o premio de haber cumplido con las obligaciones, que tengo libertad y todo a mi alcance, solo tengo que hacer las cosas bien para disfrutarlas y no estar protestando por mi propia ineptitud. Ojo, nada que ver con el mal carácter o broncas circunstanciales, eso es cáscara, el contenido generalmente es diferente.
Por eso, luego de filosofar, me atrevo a decir que he vivido mucho y bien, con los altibajos, logros, justicias e injusticias, pero siempre sin bajar la cabeza ni perder las esperanzas.
Este año que ya finaliza me permitió grandes satisfacciones, viajar a Europa, hacer una gira, conocer gente, participar del mundo hermoso de los Payamédicos, participar de dos obras de teatro en el EMPIRE, organizar la parte artística de un restaurante y lograr un éxito inmediato, que no podré seguir disfrutando porque recogí el ancla para emprender un nuevo viaje, que espero este 2012 se concrete, se concreteN, no quiero ilusionarme, solo espero eso que se confirmen todas las propuestas recibidas, de forma de no lamentar mi alejamiento de Le Marchand, entendí que a mi edad y con el camino ya recorrido no puedo quedarme estático en un lugar, y deseo caminar y conocer hasta el último momento de mi vida, así como disfrutar ese regalo hermoso que me hizo la vida que son Lourdes y Dieguito, mis nietos.
Con mi apasionado arte de ventriloquia despedimos el año y además el lugar de encuentros, con mucha tristeza, fueron casi trece años allí, NEFERTITI cierra sus puertas y cambia de rubro por eso mi CIVEAR se muda a una nueva base.
En la despedida del lugar y del año laboral, quiero resaltar a dos personas que hicieron a mi felicidad, mi compañía y mi orgullo, mi esposa asistente y partenaire, Alicia y mi alumna uruguaya, Mónica, Monyquiya con su simpático Alfeleo.
Bienvenido 2012 y aquí estoy esperando preparando mis valijas y producción para partir hacia nuevos escenarios.